La mayor confusión a la hora de juzgar el carácter de los gatos, y en concreto su empatía, es compararlos con los perros o, incluso, con las personas. Cada especie tiene un método distinto para relacionarse, todos los seres perciben a los miembros de su grupo de forma diferente y la manera de empatizar de los gatos solo puede comprenderse si la comparamos con ellos mismos, no con otras especies. Esta publicación hace una compilación documental para entender la psicología gatuna.
Quizá la estaticidad de la cara de los gatos hace que quienes no los conocen crean que se trata de animales fríos, distantes, egoístas y territoriales. No es cierto, sienten emociones.
- Las emociones gatunas
- ¿Los gatos perciben nuestras emociones?
- Sentimientos o emociones felinas
- ¿Los gatos tienen sentimientos hacia sus dueños?
- Tu gato interpreta tus gestos
- ¿Tu gato te extraña?
- ¿Por qué los gatos mueven las patas como si amasaran?
- ¿Por qué tu gato debe sentir empatía hacia ti?
- ¿Por qué mi gato se acerca a mí si lloro?
- ¿Los gatos pueden sentir celos?
- Los gatos en las redes sociales
- Bibliografía
Los gatos adoran a su compañero humano, pueden sentir celos, alegría, tristeza o enfado. Mi gato, cuando se enfada porque lo he dejado algún día solo, me da la espalda durante todo el día. Y lo hace de forma absolutamente ostentosa. Claro que también me demuestra su apego tumbándose, literalmente, encima de mí. enlace 🏹
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Las emociones gatunas
La respuesta emocional de los gatos, que nada tiene que ver con la conciencia ya que no son seres humanos, puede ser instintiva o aprendida, pero vaya si tienen emociones. Que no es lo mismo que sentimientos. De hecho, el cerebro del gato está preparado para ofrecer esas respuestas adaptativas neuroquímicas y hormonales que llamamos emoción. Es más, son animales puramente emocionales y reaccionan ante los estímulos. Al mismo tiempo, aprenden de sus experiencias. ¿Cómo decir que los gatos no tienen emociones si el comportamiento de las gatas hacia sus gatitos es un comportamiento absolutamente empático y maternal?
Tu gato te quiere. No lo dudes. Eso sí, tiene una forma de expresar el afecto muy diferente a la del perro, el otro animal doméstico por excelencia. Lo hace ronroneando, restregándose contra ti, acostándose en tu regazo o sobre ti.
Una expresión de afecto muy simpática es trayéndote, si sale a la calle, algún regalo en forma de pájaro o conejo cazado por ellos. No le regañes por ello. Es una muestra de amor. Todo ello sucede porque los gatos son capaces de crear vínculos de apego con las personas.
Por cierto, ¿por qué aúllan los gatos cuando están solos en una habitación? Los gatos aprenden cómo reaccionan sus dueños cuando hacen un ruido en particular. De modo que si el gato piensa «quiero que mi dueño venga de la otra habitación», intenta vocalizar. Aprenden de modo directo.
Al fin y al cabo, tú eres para él la fuente de seguridad física y afectiva, ya que le proporcionas juegos, refugio y comida. Así, el gato asocia estas emociones positivas contigo. ¡Te adora!
Es entre las dos y las siete semanas de vida cuando el gatito socializa con el ser humano. Son semanas críticas para ello. Si durante este periodo tiene contacto con el ser humano, será un gato que puede establecer vínculos de apego con el ser humano. Es más, cuanto más juguemos y nos relacionemos con ellos de pequeños, más necesidad tendrán de nosotros.
Tu gato se puede enfadar. De hecho, lo hace mucho más rápido que un perro. Cuando la ira lo invade mueve la cola, eriza su pelo, silba, aúlla, enseña los dientes. Sus orejas estarán dirigidas hacia la parte posterior de su cabeza.
También es capaz de expresar satisfacción. No solo cuando están contigo, sino simplemente, cuando están a gusto. Por ejemplo, tomando el sol. Lo demuestra ronroneando, echando la cabeza hacia atrás y erizando la cola. Cuando está relajado, además, entrecierra los ojos. El miedo, la ansiedad y la tristeza también aparecen en su vida. Un gato se asusta ante lugares, situaciones y objetos desconocidos, pero también ante ruidos fuertes como petardos o fuegos artificiales, con la aspiradora, el secador de pelo o las tormentas. Tampoco le gustan los desconocidos. Su reacción es de alerta inmediata y salir corriendo a esconderse. Si es posible, se refugiarán en alto. Lo normal es que una visita ni se entere que hay gato si no se lo mencionas. No sé si sabías que hay quien dice que le tienen pánico a los pepinos, que confunden instintivamente con una serpiente.
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¿Los gatos perciben nuestras emociones?
Completamente, la respuesta es sí, el gato analiza cómo te encuentras e incluso puede verse afectado por nuestros cambios: nervioso, triste, aburrido… Es un animal muy observador, tanto que es capaz de analizar “tus vibraciones”, porque para él, nosotros lo somos todo. También, pueden detectar variaciones en nuestro organismo que se corresponden con un cambio de salud, como alteraciones de nuestra temperatura u de olor, gracias a su gran olfato.
Estas afirmaciones se recogen en este estudio de la Universidad de Oakland que sugiere que los gatos son más receptivos a las emociones humanas de lo que se pensaba hasta entonces. Para ello realizaron una muestra de doce gatos con sus dueños, que mostró que los felinos se comportan de manera diferente en función de si sus dueños sonríen o parecen enfadados.
Del estudio, se sugiere que los gatos con el tiempo, pueden aprender a leer las expresiones faciales específicas de su dueño porque han aprendido a asociar sus sonrisas con recompensas y atención positiva. Con este trabajo los científicos afirman que los gatos no son tan indiferentes como afirma la creencia popular.
¿Y nosotros? ¿Podemos leer las expresiones faciales de nuestro felino?
Georgia Mason, investigadora de la Universidad de Guelph, junto a otros científicos, afirman en su artículo publicado en news.uoguelph.ca lo siguiente:
«Las personas son expertas en procesar las expresiones faciales de los demás, por lo que es posible que también podamos usar esa capacidad para procesar rostros de otras especies, como los gatos»
Los investigadores dicen que comprender las señales faciales felinas puede ayudar a los propietarios y al personal veterinario a manejar mejor la salud y el bienestar de los gatos. Aunque todavía queda mucho que investigar al respecto, este estudio es el principio del camino a entender más sobre estos grandes animales.
Finalmente, como hemos podido deducir de los numerosos estudios publicados, los gatos son animales con emociones complejas que poco a poco son explicadas por la comunidad científica y que ayudan a desmitificar falsas creencias sobre estos seres increíbles, llenos de virtudes.
Recuerda que si no tienes gato, pero deseas adoptar a uno de ellos, deberás darle tiempo para que se adapte sin forzar la relación, tendrás que mostrarle mucha paciencia y sobre todo entendimiento. Del mismo modo, si quieres continuar aprendiendo sobre la etología felina, te invitamos a que eches un vistazo a nuestra formación de Asistente y Auxiliar Técnico Veterinario. Etología canina y felina Podrás adquirir la formación necesaria para trabajar con este maravillo animal y otras especies fantásticas. Si esta es tu pasión, no esperes mucho más para formarte.
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Sentimientos o emociones felinas
Por un lado, las emociones son respuestas neuroquímicas y hormonales que sirven como respuesta a un estímulo concreto y, aunque muchas de ellas son instintivas, otras se deben al aprendizaje. Un ejemplo de emoción que se manifiesta en nuestro felino, puede ser el miedo que siente al ver una serpiente, algo instintivo aprendido a través de sus antepasados.
La diferencia de las emociones respeto a los sentimientos es que estos incluyen la evaluación consciente de la experiencia. Los sentimientos tienen un proceso reflexivo y de autoconciencia.
En nuestro caso, como seres humanos, podemos reflexionar sobre nosotros mismos, creando un autoconcepto de nuestra persona. Nos diferenciamos del resto de personas y sentimos emociones de forma complejas, como son la vergüenza, la culpabilidad, la frustración… Es decir, tenemos sentimientos y experimentamos emociones.
En el caso de los felinos no está demostrado que posean autoconciencia, sino que son puramente emocionales y han aprendido a través de la experiencia o, por naturaleza propia, a responder distintas situaciones de la forma más adecuada.
Los felinos sienten miedo ante estímulos peligrosos, o alegría ante estímulos agradables, por ello, no podemos decir que tengan sentimientos como tal, porque no reflexionan sobre las experiencias, sino que aprenden sobre ellas, y sobre todo evolucionan.
Un ejemplo puede ser el miedo que habitualmente experimentan los gatos al relacionarse con sus opuestos, los perros. Sin embargo, si un gato crece con un compañero canino en el mismo hogar, puede desarrollarse un vínculo afectuoso entre ellos, y el perro ya no es visto como amenaza para él.
En definitiva, para que podamos comprender a nuestro gato es necesario que nos pongamos en su piel, que pensemos como un felino tratando de evitar nuestra perspectiva humana. Así lograremos entender e, incluso, anticiparnos a sus emociones. ¿Y qué emociones despertamos en nuestro gato? ¿Qué es lo que piensan de nosotros? Veamos qué dicen los estudios científicos.
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¿Los gatos tienen sentimientos hacia sus dueños?
Aunque los gatos son capaces de captar algunas señales sociales humanas y son sensibles a nuestras emociones, probablemente estén menos sintonizados con nuestras relaciones sociales que los perros, según un estudio publicado publicado por Animal Behavior and Cognition en marzo de 2021.
John Bradshaw, es experto en conducta gatuna de la Universidad de Bristol y autor del libro Cat Sense (En la mente de un gato). Tras varios años observando la conducta de los gatos domésticos, considera que los gatos nos ven de forma diferente a los perros. Pero, ¿esto qué quiere decir?
Los gatos se comportan con nosotros de un modo idéntico al que emplearían con otros gatos. / John Bradshaw
Pues bien, afirma que los perros cambian su comportamiento cuando nos ven. Un ejemplo es la forma de jugar que tienen entre ellos muy diferente a cuando juegan con nosotros. Esto significa que no nos ven como ellos, tristemente no somos uno más de su manada.
Sin embargo, los gatos, cuando nos ven, no cambian su comportamiento respecto a sus congéneres, nos tratan, pues, como si fuésemos otro gato.
Se han llevado a cabo muchas investigaciones con perros, sobre cómo los perros interactúan con las personas. Ha quedado muy claro que los perros nos perciben como algo distinto a ellos mismos: en cuanto ven un humano, cambian su comportamiento. Un perro juega con un humano de una forma totalmente distinta a la que usa para jugar con otro perro. Todavía está por descubrir algo en la conducta gatuna que sugiera que nos meten en una cajita distinta a la hora de socializar con nosotros. Obviamente saben que somos más grandes que ellos, pero no parece que adapten demasiado su conducta social. Levantar la cola, frotarse contra nuestras piernas, sentarse a nuestro lado, es exactamente lo que hacen los gatos con otros gatos.
Levantar la cola, frotarse con nuestra pierna, sentarse a nuestro lado, es exactamente lo mismo que hacen los gatos con otros gatos.
Es más, nuestro felino nos ve como si fuésemos sus padres, como fuente de seguridad física y afectiva; creando un enorme vínculo de afecto hacia nosotros. Entonces, en detrimento de lo que se cree de los gatos como seres fríos y distantes, en comparación a otras mascotas, los gatos sí sienten afecto hacia sus dueños.
Esta afirmación se respalda mediante el estudio de la Dra. Kristyn Vitale, investigadora del departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Oregón, publicado en la revista Current Biology, con título Vínculos de apego entre gatos domésticos y humanos.
En él, se tomaron un número determinado de gatos con sus dueños que fueron llevados a una habitación. En un primer momento, se mantenían juntos, luego el gato se quedaba solo unos dos minutos, y finalmente el dueño regresaba. Los resultados mostraban que en torno a un 68,6 % mostraba un apego seguro y un 31,4 % mostraba un apego inseguro. En este último, el vínculo entre el gato y su dueño estaba contaminado por el miedo, y también podía variar en función del temperamento del gato.
Así pues, también se evidenció que para analizar los rasgos sociales que los gatos comparten con humanos, y que originalmente siempre se les atribuyeron a perros, es preciso que se tomen otros modos de análisis y mecanismos de estudio para los gatos, teniendo en cuenta la diferencia de especies y las distintas habilidades sociocognitivas.
Entonces, a la pregunta de si los gatos sienten hacia nosotros, la respuesta es rotundamente sí, siempre partiendo de la base de que le damos todo lo que precisen, es decir, que lo cuidamos como se merece.
No te olvides que, a pesar de ser más bien temperamentales debido a su propia personalidad, ellos sienten afecto y les gusta ser sociables, por ello, que sientan y le expresemos afecto es de vital importancia para nuestro amigo.
A continuación, pasamos a ver una de las emociones más fuertes que los gatos perciben hacia sus dueños, el echarnos de menos. Veamos cómo se sienten cuando nos ausentamos o, por el contrario, cuando regresamos a casa.
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Tu gato interpreta tus gestos
Según el estudio “Man’s other best friend: domestic cats” de Moriah Galvan y Jennifer Vonk, especialistas en psicología cognitiva, psicologías experimental y comportamiento de la Universidad de Oklahoma, tu gato es capaz de captar en cierta forma tus propios sentimientos, especialmente la alegría y la ira. La conclusión del estudio fue que los gatos son capaces de interpretar gestos humanos. Cuando el gato te ve sonreír, muestra comportamientos positivos como ronronear o restregarse contra ti. Claro que según estos especialistas esto se produce porque asocia tu sonrisa con una gratificación para ellos. Y es que cuando estamos de buen humor los consentimos mucho más. Galvan y Vonk llegaron a estas conclusiones tras estudiar las reacciones de doce gatos ante diferentes gestos de sus compañeros humanos. Esta docena de felinos interactuó mucho más con su dueño cuando este mostraba estar feliz, que cuando mostraba enojo. Eso sí, cuando los pusieron en contacto con desconocidos, ignoraron las emociones que estos expresaron. Lo que en ningún caso debes de esperar es que tu gato se comporte como un perro. Estos son mucho más obvios en la expresión de sus emociones. Muchos de los malentendidos del ser humano con los gatos radican precisamente en que este espera que el felino se comporte como un can.
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¿Tu gato te extraña?
Los gatos se relacionan con nosotros y otros gatos utilizando todos sus sentidos, y gracias a ello componen una imagen y elaboran sus recuerdos. Así pues, están muy apegados a sus rutinas por lo que conocen muy bien su entorno, su casa y a su familia humana. Por este motivo, no llevan bien las mudanzas o estar lejos de sus amigos humanos.
Es tal el apego que los gatos tienen a sus dueños que tristemente pueden dejarse morir si llegan a ser abandonados; en estos casos sufren mucho: no comen, no beben y, por lo tanto, pueden terminar enfermando y muriendo.🌹 🌹 🌹
Debes saber que las rutinas son muy importantes para los gatos y sufren mucho estrés si pierden su figura de lugar y apego, porque tal y como vimos anteriormente, establecen un vínculo importante con su humano de referencia.
Del mismo modo, el gato puede recordar a su humano durante años, prácticamente durante toda su vida, aunque, de ser necesario, muchos pueden aceptar formar parte de otra familia.
Esto no será un proceso sencillo y costará un periodo de adaptación; deberá tener todo lo necesario en un ambiente enriquecido donde pueda realizar sus actividades propias como trepar, encaramarse a un lugar elevado, rascar, y que pueda descansar.
No te olvides que los gatos también disfrutan de su propio tiempo, pero todo dentro de una rutina, si vuestra vida juntos sigue un orden le harás eternamente feliz y tú también lo serás. Te echará de menos cuando vayas a trabajar, pero sabrá cuando volverás.
¡Recuerda! si rompes sus hábitos, por ejemplo, por unas vacaciones, piensa en dejar a alguien para que lo cuide, no te reemplazará por el nuevo cuidador, pero mientras tanto estará entretenido y no se sentirá tan solo. También puedes llevártelo contigo, aunque como hemos visto, muchos gatos no llevan bien los cambios de hogar, en todo caso entiende cómo es tu gato porque no hay dos iguales, psicológicamente hablando.
Hasta ahora hemos estado reflexionando sobre las emociones de los gatos, pero, y ¿las nuestras?; nosotros podemos saber cómo nos sentimos, pero ¿nota tu gato cómo te sientes? ¿sabes cómo le afectan tus estados anímicos? ¡Vayamos con ello!
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¿Por qué los gatos mueven las patas como si amasaran?
Es una conducta que utilizarían con su madre. Todos los comportamientos que muestran hacia nosotros derivan de un modo u otro de la relación entre madre y cría. El gatito tiende a levantar la cola, frotarse con su madre, mover así las patas y ronronear. Y a cambio las madres los lavan y arreglan.
Así que usan conductas que ya tienen en su repertorio para comunicarse con nosotros. No existen tantas conductas distintas, tal vez media docena. ¿Se puede adiestrar a un gato?
Sí. Los gatos pueden aprender lo que no deben hacer. Si tu gato ha desarrollado la costumbre [de subirse a la mesa de la cocina], hay unas cuantas formas de evitarlo. Se puede usar un juguete que tenga un muelle, de tal forma que cuando el gato suba a algún sitio, el juguete salte por el aire –al gato eso no le gustará y bajará. Otra [estrategia] razonable y benigna es usar una pistola de agua. Pero asegúrate de que el gato no sabe que la tienes. Los gatos no perdonan, y cuando se dan cuenta de que una persona les provoca ansiedad o les hace daño, mantienen las distancias.
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¿Por qué tu gato debe sentir empatía hacia ti?
Es una pregunta dura, pero necesaria, si no comprendemos el motivo no podemos llegar a explicar de qué manera los gatos tienen empatía sobre nuestros sentimientos y estados de ánimo. Podríamos decir que la razón de este interés podría ser el amor por nosotros, pero erraríamos con esa respuesta. Los animales no sienten “amor”, o por lo menos: no con el significado que le damos los humanos.
El amor humano es una proyección de nuestro deseo y nuestra identidad. Cuando sentimos amor nos regocijamos en un proyecto común, sea como amigos, familia o pareja, por tanto, nuestro amor se apoya en el pasado y mira hacia el futuro. El amor humano es consciente, y por muy impulsivo que sea: se basa en motivos, planes y garantías.
Por el contrario, las mascotas (y en concreto los gatos), basan su amor en una búsqueda constante del “equilibrio territorial”. Si tú eres parte de su entorno, igual que el gato prefiere un suelo templado, también es provechoso que no estés ni nervioso o decaído. Tus estados de ánimo influyen en tu gato, porque él está más equilibrado cuando todo su entorno de confianza también lo está, el suelo, la comida y tú.
Los gatos son animales muy observadores, a veces con el rabillo del ojo, y en otras ocasiones mirando de frente: están constantemente tomándole la temperatura a las situaciones. No en vano, son cazadores avezados con gran paciencia, tesón y olfato. Por eso, tu gato siempre está evaluando si tu comportamiento es el habitual, o si se sale de la pauta, y si eso es así: probablemente desee que vuelvas al estado anterior cuando te muestras decaído, no por ti, sino por él.
Si tu gato llega a tu vida cuando estás pasando por una fase emocional muy sombría, y te muestras siempre triste, apagado, algo desorientado y sin ganas de jugar: para él eso será lo normal. No podría empatizar contigo ante un estado de ánimo negativo, porque él cree que eres así. Sin embargo, si tras una época de felicidad relativa (normal) y actividades equilibradas, empiezas a pasar por un bache emocional que te deja fuera de juego, el gato lo identificará inmediatamente y tratará de que vuelvas a ser el mismo. Primero, porque tus costumbres serán distintas y eso le dará un primer toque de alarma, pero también porque probablemente no cumplas tan puntualmente tus deberes como dueño (poniendo su comida de forma puntual, prestándole atención y emitiendo los sonidos vocales que sueles expresar y a los que él se ha acostumbrado).
El gato identifica cambios en tu humor, como un gato salvaje identificaría si dejan de piar los pájaros, si la temperatura se vuelve muy fría, o si el terreno del lugar en el que vive se vuelve áspero. Tú eres un componente indispensable de su mundo, y si tú cambias, él lo percibe.
A cualquier persona que tenga experiencia directa con gatos le quedará claro que son seres sensibles a nuestro estado de ánimo. Sin embargo el barniz de desafección o egoísmo que a veces identificamos en ellos no está en su personalidad, sino en nuestra forma de analizarlos, pues les comparamos con seres humanos.
Diversos estudios e investigaciones revelan que los gatos mantienen puesto un “radar” sobre nuestras acciones y estado de ánimo, están constantemente analizando nuestros actos y tono de voz. No en vano, no poder comunicarse con nosotros oralmente les fuerza a ser aún más observadores, su micromundo está acotado a tu casa y a ti. ¿Te ha pasado que en ocasiones es tu gato el primero en darse cuenta que estás triste, antes incluso que tu pareja?
Un estudio de la Universidad de Oakland (Michigan) determinó que los gatos comprenden nuestras muestras de ánimo y que son capaces de expresar un tipo de empatía favorable, es decir, que buscan participar en nuestro estado, a favor si es positivo o con ánimo de mejorarlo si es negativo. De la misma manera, otro estudio de la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido) revela un resultado muy similar, explicando que el estilo de vida de los dueños de gatos impregna la estabilidad de éstos, y cuando hay variaciones emocionales ellos son capaces de reconocerlas.
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¿Por qué mi gato se acerca a mí si lloro?
De la misma forma que el gato ha desarrollado el maullido para comunicarse con los humanos, es sensible a nuestra vocalización, tonos de voz y a gestos básicos de tristeza y alegría. Siendo todo aquello que le suene a triste una muestra de problemas, enfermedad, hambre, molestia… Y los rasgos positivos los asocia con: éxito (¿has cazado algo?), salud, juego y celo.
Los gatos (y también los perros) al domesticarse, y a lo largo de los milenios, han adaptado su lenguaje corporal innato y sus facultades de comunicación sonora para hacerse entender por los hombres, y a su vez, han logrado identificar pruebas concretas del estado positivo o negativo el ser humano. Si el gato se acerca cuando lloras lo que te está diciendo es: “Si estás mal, algo me dice que no tendré comida, y que jugaré menos… mejórate y no te olvides de mí.” Cuando junta su cabeza con la tuya lo que hace es esparcir sus hormonas sobre ti para que te quede claro: no por llorar vas a dejar de cuidarme.
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¿Los gatos pueden sentir celos?
Se dice que los gatos son independientes y solitarios, pero la realidad es que conviven con los humanos, otros gatos e incluso con nuestros perros. ¿Podrían ponerse celosos ante esta situación?
De acuerdo con Fausto Reyes Delgado, director de Desarrollo Institucional y Educación Continua del Hospital Veterinario UNAM Banfield, los gatos son celosos para quienes romantizamos a los animales, porque les otorgamos sentimientos. Sin embargo, quienes son más científicos plantean que el único animal que tiene sentimientos es el primate mayor, es decir, el ser humano. Sería entrar en una discusión sin fin, pero podríamos analizar a los felinos desde el punto de vista de su instinto.
El gato no siente celos, más bien, siente que debe dominar su territorio y le gusta controlar su área. Los felinos que entren en su área tienen el riesgo de ser agredidos o atacados.
Dentro del núcleo familiar, el gato tiene un apego mayor hacia una persona. Se trata de aquel que le brinda más tiempo, lo consiente, juega con él y le da de comer. Así, crea un vínculo más fuerte.
“Curiosamente, el gato dice: ‘este humano es de mi propiedad porque entra en mi territorio y lo conozco’. Pero si llega una persona que no conoce y está cerca de su humano, interactúa para decirle ‘No quiero que estés muy cerca de mi propiedad’”.
“Podríamos decir que cuando el gato se siente celoso, por así llamarlo, es porque estamos rompiendo ese círculo que tenemos en cuanto al contacto con él”. Es una situación en la que alguien rompe la armonía; puede ser otro gato, un perro e incluso un recién nacido.
El gato podría pensar que le están quitando sus recursos, porque quien está en juego es el humano con el que mejor interactúa. Generalmente, cuando se presenta esta situación, el felino se retrae y se esconde. Además, es común que orine y defeque en lugares que no corresponden.
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Los gatos en las redes sociales
Abundan las fotos de gatos en las redes sociales. Incluso, son usadas para decorar stickers. Seguidamente un ejemplo:
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Bibliografía
¿Quién dijo que los gatos no tienen emociones? / https://www.protectoraapasa.com/ ♐
¿Los gatos tienen sentimientos hacia sus dueños? / https://nubika.es/ ♐
¿Qué piensan los gatos de nosotros? / https://www.nationalgeographic.es/ ♐
¿Cómo perciben los gatos tus sentimientos y estado de ánimo? / https://www.hola.com/ ♐
¿Los gatos pueden sentir celos? / https://unamglobal.unam.mx/ ♐
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